Roda de Bara - Menorca - Roda de Bara

Alquilar un velero en Roda de Bará cuenta con una importante ventaja: que podemos visitar esta pintoresca villa tarraconense. Roda de Bará se enmarca dentro de la Costa Dorada que se ha ganado el nombre por el tono de la arena de sus playas y en el que además hallaremos un interesante patrimonio cultural como el Arco de Bará, un arco del triunfo construido por los romanos y que es Patrimonio de la Humanidad. 

Nuestro punto de encuentro con la isla tranquila será en Ciutadella, la segunda ciudad de Menorca y antigua capital de la isla. Si amarramos el barco de alquiler en el puerto de la ciudad tendremos la oportunidad de callejear por sus alrededores donde  podremos degustar un delicioso cóctel en una agradable terraza o lanzarnos a probar su famoso plato: la caldereta de langosta. Visitar sus calles es otro de los grandes atractivos de Ciutadella: ver las fachadas de piedra con los característicos ventanales verdes, las calzadas de adoquines y sentir en primera persona la slow life que reina en la ciudad.

Cala Macarella es una de las bahías más famosas y emblemáticas de Menorca. Sus aguas de un azul intenso y arenales blancos son de postal, de hecho hay quien asegura que es la cala más bonita de la isla. Podría decirse que Macarella es parada obligatoria para quien viaja a la isla, por lo que en temporada alta no es extraño que haya bastante afluencia de gente, eso sí, teniendo en cuenta que Menorca ha sabido guarecerse del turismo masivo y los agobios no existen. Además, viajar con tu propio barco es toda una ventaja para evitar aglomeraciones.

El puerto de Mahón será la siguiente parada. La capital de Menorca es la mejor forma de tomar el pulso a la vida menorquina. Amarrando nuestro barco en el embarcadero de la ciudad podremos sumergirnos en la vida diaria de la isla, en sus costumbres y disfrutar de la zona de los alrededores que no tiene desperdicio. No puedes dejar de visitar la Fortaleza de la Mola, ubicada en la misma bocana del puerto, y tomarte un café en los alrededores del Mercado del Claustro.

Visitar la isla de Colom es una de las razones por las que tiene sentido navegar: sus playas son vírgenes y las aguas cristalinas trasladan a quienes la visitan al paraíso. Fondear en sus aguas para disfrutar de un relajante baño y practicar buceo es un verdadero placer. Si decides bajar a tierra encontrarás además de un pinar impresionante, una isla deshabitada con solo dos construcciones, una caseta de madera y una vivienda del siglo XVIII. ¿No te apetece explorarla?

De nuevo en la isla de Menorca, nuestro itinerario nos lleva hasta el pequeño puerto natural de Sanitja, situado en el cabo de Cavalleria – donde su faro nos saludará- y desde el que podremos disfrutar de los atardeceres más bellos del mundo. 

No es extraño encontrar en este embarcadero con pequeñas barcas de madera que dejan patente la autenticidad del lugar. Por favor, no os perdáis las vistas de sus majestuosos acantilados, porque son espectaculares.

Como cierre de nuestra visita a Menorca, os proponemos fondear en la cala Algaraiens, una de las mejor conservadas de la isla. Su aspecto salvaje y agreste, como todas las del norte de Menorca es impactante. Precisamente por su geografía más rotunda, estas playas están menos concurridas por turistas y son los menorquines quienes más las frecuentan. Aprovechad para bañaros en ella y disfrutar de un aperitivo a bordo, eso sí cuidado con el viento de Tramontana, en esos días navegar por el norte de la isla requiere de una pericia profesional.

Las despedidas son tristes pero no en este caso porque cerramos nuestro itinerario náutico en Roda de Bará y podremos decir adiós a nuestro barco por todo lo alto. En la marina de esta localidad cuentan con unas excelentes instalaciones de las que podremos disfrutar pero además, la ciudad, que vive entregada a la náutica, ofrece un sinfín de opciones para practicar deportes náuticos, así que el kayak, el buceo, las motos de agua o el flyboard son unas opciones estupendas para despedirnos de la cálida Costa Dorada.