Mallorca (Palma - Palma) (7 días - 100 mn)

Nuestro punto de partida será el puerto de Palma, la capital de la isla y de la comunidad autónoma de las Islas Baleares. Se trata del puerto más grande e importante de los más de 40 que hay en toda la isla y actualmente cubre una extensa línea de costa comprendida entre el Moll Vell (Muelle Viejo), frente a la catedral, y el Dique del oeste (junto al barrio de Porto Pi). En él se concentra buena parte de la inmensa flota de barcos de alquiler disponibles para el charter que hay en la isla, aunque también es utilizado para el transporte de mercancía, barcos pesqueros, transporte de pasajeros y buques militares. Nuestras primeras horas de navegación en velero o yate de alquiler nos conducirán hasta Portals Vells, una localidad del municipio de Calviá, al oeste de Palma, que cuenta con cuatro calas de aguas cristalinas y arena fina y blanca.

La zona de Portals Vells, rodeada de frondosos pinares, es famosa por ser el lugar de donde se extrajeron las piedras para construir la Catedral de Santa Maria de Palma. En el acantilado se puede ver aún una inmensa cueva con tres entradas que parecen portales gigantescos y que son los que dan nombre al lugar. Se trata de un enclave perfecto para fondear nuestro velero de alquiler (o cualquier otro tipo de embarcación), ya que a pocos metros hay un pequeño puerto donde se ofrecen todo tipo de servicios. Seguramente pensaremos que Portals Vells es el paraíso en la tierra, pero nuestro viaje en barco no ha hecho más que empezar y aun nos quedan muchos paraísos por descubrir en los próximos días. Como por ejemplo Puerto de Andratx (o Port d’Andraitx), en cuyo puerto deportivo amarraremos nuestro catamarán o yate de alquiler para pasar la segunda noche del itinerario.

Situado al suroeste de la isla, justo en la esquina, Port d’Andraitx ha permanecido oculto para la mayor parte de los touroperadores turísticos y al margen por tanto de la masificación. Su ambiente cosmopolita y alegre lo convierte en el lugar ideal para hacer unas compras, disfrutar de una cena con los amigos en alguna de sus terrazas con vistas al mar o salir a tomar una copa. El puerto está rodeado de pequeñas calas de fondo marino rocoso, como cala Llamps o cala Marmassen, donde seguro que nos apetecerá fondear para darnos un baño o practicar el snorkel. Vale la pena también acercarse hasta Cala Fonoll, situada entre las paredes de los acantilados. Des de Port Andraitx y tras 38 millas de navegación rumbo al este alcanzaremos la isla de Cabrera, la más grande del archipiélago de Cabrera, que se encuentra frente a la costa sur de Mallorca.

La presencia militar en Cabrera desde 1916 evitó que en la zona se produjera una invasión turística y permitió la conservación de este privilegiado ecosistema que desde 1991 es un Parque Nacional Marítimo-Terrestre. Fondeando frente a sus costas podremos disfrutar del paisaje y relajarnos observando la gran variedad de aves marinas o sumergirnos para descubrir las cuevas submarinas y la riqueza de su fondo marino. Si se quiere visitar Cabrera con una embarcación propia o un barco de alquiler se necesita una autorización expedida por la administración del parque, que TopSailingCharter le gestiona con mucho gusto.

En nuestro quinto día a bordo amaneceremos en la Platja d’es Carbó, situada a menos de un kilómetro de la Colònia de Sant Jordi, frente al islote de Na Moltona. El hecho de que solo se puede acceder a la playa a pie desde la Colònia de Sant Jordi o el faro del Cabo de Ses Salines evita la afluencia masiva de bañistas. De hecho, llegar por mar es la mejor opción, aunque hay que extremar las precauciones si decidimos fondear aquí nuestro velero de alquiler (o el barco que hayamos alquilado) ya que a 250 metros hay una profundidad de solo 2,5 metros hasta un fondo de arena y algas. Seguimos con nuestra aventura de descubrir Mallorca en catamarán o velero perfilando la costa sur de la isla. Nuestra próxima parada será el puerto deportivo de Sa Rápita, un núcleo costero formado mayoritariamente por edificios unifamiliares de poca altura que, si nos apetece, podemos visitar al atardecer. Justo antes de llegar al puerto se encuentra la playa s’Arenal de sa Ràpita, un bello arenal de 1.400 metros de largo muy abierto al mar y rodeado de dunas y pinos. Si somos aficionados al surf y tenemos la suerte de que sople el viento, aquí podremos pasar un buen rato sobre la tabla.

Cala Pi es el arenal más resguardado de esta parte del litoral mallorquín. No en vano para acceder a la playa desde el mar hay que penetrar medio kilómetro tierra adentro entre dos paredes verticales de más de 30 metros. Al acceder tendremos a nuestra izquierda acantilados y pinares y a nuestra derecha una torre de defensa del siglo XVI y una urbanización. Si hemos alquilado un barco sin patrón deberemos tener en cuenta que cerca de la entrada hay tres piedras a babor, por lo que se tiene que acceder por la parte central para fondear. También hay que tener en cuenta que cuando sopla viento del sur es difícil salir.

Retorno a Palma y fin de nuestro viaje en barco. Vuelta a la realidad después de siete días de absoluto relax. Seguro que ahora que ha descubierto el auténtico significado de unas “vacaciones diferentes” querrá repetir. ¡Nos vemos en algún puerto del mundo!
 

*La ruta indicada es sólo orientativa, cualquier error en el contenido, no será motivo de reclamación. Si quiere visitar otros lugares, la ruta puede ser modificada en función de sus preferencias. En caso de alquilar una embarcación con patrón, éste podrá decidir cambios en el itinerario previsto por causas imprevistas y/o ajenas a la organización