Lipari - Panarea - Stromboli - Salina - Filicudi - Alicudi - Vulcano - Lipari
Navegar en velero, yate o goleta durante una semana por las Islas Eólicas te permitirá conocer todas y cada una de las siete islas que componen este archipiélago italiano, situado frente a Sicilia.
Descansar, bucear en aguas transparentes, explorar crateres de volcanes en actividad o tomar baños de lodo termales. Todo es posible en estas pequeñas islas mediterráneas que deben su nombre a Eolos, el dios griego de los vientos. Decídete a alquilar un barco con patrón y/o tripulación y disfruta de uns vacaciones diferentes e inolvidables.
En las Islas Eólicas no hay aeropuertos por lo que la única manera de desplazarnos hasta allí es en un ferry desde la Italia Peninsular (Regio Calabria o Nápoles) o desde Sicilia (Mesina o Milazzo), que suele ser la opción más frecuente. Con el ferry llegaremos a Lípari, donde podremos embarcar en el velero o goleta de alquiler que hayamos contratado para iniciar así nuestro crucero el sábado por la tarde. Camino de Panarea, nuestro primer destino, tendremos tiempo de instalarnos cómodamente en la que será nuestra casa flotante durante los próximos siete días.
Panarea está situada a unos 15 kilómetros al noreste de Lípari y es la más pequeña y pintoresca de las Islas Eólicas. También la más exclusiva, ya que en los últimos años se ha convertido en refugio de muchos famosos que han restaurado las típicas casas blancas, donde hasta hace poco no había llegado la electricidad, y las han convertido en confortables casas de veraneo. La población se concentra en lado oriental de la isla repartida en tres puntos (San Pietro, Ditella y Drauto) mientras que la costa occidental está totalmente desahabitada. Al sur, podemos fondear nuestro yate o catamarán de alquiler en Cala Junco, a los pies del cabo Milazzese, donde hay restos de un antiguo poblado prehistórico.
Descubrir Stromboli en velero, yate o goleta es una experiencia inolvidable. Al principio solo distinguirás un cono humeante perdido en el mar pero de repeten aparecerá ante tus ojos la mítica montaña negra de casi 1.000 metros de altura. Una vez atracado el barco, si tienes curiosidad por observar en directo el magma incasdescente no te puedes perder la excursión hasta el crater. El recorrido, de entre cuatro y seis horas, se realiza por la tarde, con un guía autorizado, y es necesario ir bien equipado con calzado adecuado, ropa de abrigo, agua abundante y comida. Realmente merece la pena el esfuerzo para vivir de cerca las explosiones de fuego y lava que el volcán emite cada 20 minutos y que tienen como prólogo un potente rugido y temblores de tierra. ¡Te sentirás como uno de los personajes de Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne!
Isla de Salina es también una isla volcánica, con dos volcanes inactivos situados en los dos extremos de la isla: Fossa delle Felci y Monte dei Porri. En medio de los dos está el valle de Valldichiesa. Te proponemos circunnavegar toda la isla para que no te pierdas rincones tan espectaculares como la bahía de Pollara, donde se rodó la película El cartero y Pablo Neruda. Seguro que te apetece fondear allí con tu velero de alquiler para pegarte un chapuzón a los pies del acantilado. Desde Salina navegaremos hacia las dos islas más occidentales del archipiélago: Filicudi y Alicudi.
El mar, rico de flora y fauna, es la principal atracción de la Isla de Filicudi, que debe su nombre a su vegetación típica, los helechos (“feici”). En la ladera occidental es donde encontraremos los mejores fondos marinos para bucear, además de bellísimas grutas marinas como la Grotta del Bue Marino, que es accesible en barco. La Canna, un gran farallón de basalto que se alza más de 70 metros en medio del mar, es también un punto de atracción para los submarinistas. Podemos fondear frente a las costas del Capo Graziano, una pequeña península pegada al volcán de la Fossa delle Felci, para descansar y comer a bordo. Si viajamos en goleta o yate con tripulación, el cocinero se encargará de todo. Por la tarde partiremos hacia la Isla de Alicudi, donde los submarinistas no deben dejar de ver los escollos Galera. Bordeando la costa descubriremos acantilados casi verticales de hasta 500 metros.
Se acerca el fin de nuestro viaje en barco y aún nos queda una de las sieta isla Eólicas por visitar: Vulcano, la isla donde según la mitología griega el dios del fuego tenía su fragua. El acceso a la isla se hace a través de Porto di Levante, justo bajo el Gran Crater del volcán, al cual se puede ascender sin demasiada dificultad, dando un paseo de no mas de una hora. Des de la cima se tiene una vista espectacular de todo el archipiélago. Otro de los grandes atractivos de la isla son los baños terapéuticos de lodo caliente (fanghi bollenti). Anímate a revistir todo tu cuerpo de fango mientras el lodo burbujea a tu alrededor, pero ten presente que el olor a azufre no se desprenderá de tu bañador en unos dias.
Después de pernoctar el viernes en Lípari, el sábado por la mañana, hacia las 9, tendremos que abandonar el barco de alquiler en el que hemos estado navegando por las Islas Eolicas. Podemos aprovechar esa última noche para disfrutar de la vida nocturna de Lípari, una hermosa ciudad que se compone de dos ensenadas conocidas como Marina Larga y Marina Corta, en medio de las cuales se alza la acrópolis amurallada. En Marina Corta hay bares con mucho ambiente, como Il Gabbiano o Il Pescatore, donde podrás tomar una copa antes de irte a dormir.
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