Alma gemela del océano parece que se fundiera con el agua. Bohemias casas blancas junto al atlántico más portugués y campos verdes en el norte te observarán desde la costa cuando decidas alquilar un velero en Cascais. Prima hermana de España, de ahí quizá los roces con la familia. Llena de cultivos y viñedos en la zona del Alentejo, de donde es famoso el vino verde, delicioso en las noches de verano cuando se sirve en copa y bien frio.

En la costa occidental de Lisboa, Cascais encuentra un lugar en que lleva asentado desde el siglo 19. De ahí que sus casas de pescadores se mantengan a la antigua usanza y con ello el aire romántico del lugar. Las playas de esta región portuguesa se recorren con extremo placer a lo largo del litoral desde la comodidad de un elegante velero de alquiler. Hoy día es conocido como destino turístico favorito por muchos viajeros amantes del mar y la vela, que optan por el alquiler de un barco en Cascais para acercarse a la vecina Lisboa y otras localidades, atravesando grandes playas y atracando para conocer edificios históricos, parques con estilo y una fascinante línea de costa.

Cascais era conocida como “la ciudad de los reyes y los peces”. Esta tendencia y belleza de alta sociedad en la pequeña ciudad la ha galardonado como rincón junto al mar preferido para famosos y ricos, dando un ambiente próspero y sofisticado. Cerca del puerto deportivo, donde puede alquilar el velero con el que vivir su aventura, se encuentra la ciudadela que alberga numerosos museos con acceso libre, destacando entre todos el Centro Cultural de Cascais y la Casa das Historias. Desembarcando del velero de alquiler en puerto, te recomendamos recorrer el paseo marítimo que va desde Cascais al elegante balneario de Estoril que se encuentra a tan solo 2 kilómetros de agradable caminata. Cercanas a Cascais hay otras atracciones a las que poner rumbo como el Parque Nacional de la Sierra de Sintra, coronado por el Cabo de Roca; la Playa de Guincho, preferida por los amantes del surf; o la enorme Playa de Carcavelos.

Cascais mantiene el romanticismo rural y natural, que la convierten en una gran apuesta en otoño para las parejas. Invita al tiempo sereno y al meditar en los horizontes con una copa fresca de vino en las horas que el sol cae desde un barco de alquiler.